Barritas de cereales, miel de Allariz y buenos propositos




Llega el nuevo curso , el otoño y los buenos propositos a casa. Nos encanta el verano, las vacaciones, el mar, la playa, las fiestas de los pueblos, los helados... pero el otoño nos  gusta muchísimo y nos da mil excusas para meternos en la cocina y enredar un rato.

Nuestros buenos propositos, imagino que son parecidos a los de todo el mundo. Tienen que ver con alimentarse mejor, vivir un poco más despacio, hacer más deporte, salir al campo, acabar las cosas que empezamos, no posponer eternamente las cosas que no nos gustan.

Y me siento a escribir esta entradita, y me tengo que desco… reir de mi misma sin parar y de mis propósitos. Han caído todos con el día a día, con esta ciudad grande, con las ganas de estar con todo el mundo y de hacer ochocientas cosas … uno tras otro:

Alimentarnos mejor… y llevamos todo el mes haciendo y zampando pruebas una de las cosas ricas del mundo, pero no precisamente sanísimas… aunque la culpa es de Un Pedazo de Pan

Acabar lo que empezamos … y llevo con esta entrada casi un mes. Bueno, y seis años sin cortinas en casa.

Y no posponer lo que no nos gusta… y tengo muchos papelitos y recaditos de la administración, que no termino de cerrar y se acaba el año.

Vivir despacio…y vamos esta mañana a la Casa de Campo a un cumpleaños de picnic, y oye, qué raro, no están, y eso que llegamos un poco más tarde… más qué raro…sacar el móvil, mirar el wasap, leer la invitación… ¡horrorrrr! Había sido el día anterior... tragar saliva, contarselo a tu hija pequeña… se entristece, se preocupa por su amiga (habrá pensado que no quería venir) . Charla sobre madres imperfectas y despistadas. Me deja de piedra con su capacidad de comprensión. Decidimos hacer unos recaditos entonces, y así aprovechar el rato juntas. Han cerrado la tienda  a la que íbamos. Y ese ser diminuto de casi siete años decide que hoy no es nuestro día, porque “a veces amatxu, los días no salen bien”. Y se queda tan pancha.

Y así pasan los días, descumpliendo con bastante despreocupación lo que  nos propusimos. Estoy pensando si ncambiar el título “los buenos despropósitos”

Y este duende de siete años ha sido el chef de estas barritas de cereales para sus desayunos en el cole. Es  una adaptación de una receta de la Thermomix, que hemos hecho a mano, muy fácil, y muy ricas. Y para ellos,  el orgullo de haberlo hecho ellos mismos, es insustituible.

Ingredientes 



* 500 gramos de muesli
(se puede sustituir por una mezcla de cereales y frutos secos a gusto de cada uno)
* 2 claras de huevo
* 50 gramos de aceite de girasol
* 50 gramos de mantequilla
* 50 gramos de sésamo
* 50 gramos de virutas (ralladura) de chocolate. Esta ha sido la aportación casera y acto de rebeldía contra los propósitos de alimentación sana.
* 120 gramos de miel de Allariz


Hemos usado la rica miel de Mel e Punto, una miel gallega del Concello da Bola, en Allariz. Una zona que se caracteriza por grandes extensiones de bosque autóctono formado por  robles, castaños y un monte bajo especialmente variado.  Forma parte de la Reserva de la Biosfera. Esta declaración, promulgada por la UNESCO, fue concedida por tratarse  de una zona particularmente importante en valores culturales y por el uso sostenible  de la tierra, atendiendo a la conservación de la flora y de la fauna. 

Cuando la pruebas, rememoras ese sabor de miel-miel que tenías registrado en algún rincón de tu cerebro . Es magnifica.

Y pensaréis que parezco su manager, juasjuas.  Y un poco Mel e Punto, es un proyecto de mi kuñadito, euskaldun él, y acogido en Galicia por amor a una galleguiña y a sus gentes. Y no solo la miel está rica, es que es un proyecto precioso lo mires por dónde lo mires. 

Comenzamos nuestro proyecto en unas parcelas escogidas por su  enclave, ideal para obtener miel de calidad en un ámbito natural.  Estas tierras nos han sido cedidas por sus propietarios gratis, con la única  condición de mantenerlas en buen estado y darles un uso productivo.  Gracias a ellos por creer en nosotros. “
En este precioso artículo que les dedicó el diario La Región podéis conocerles mejor.

En su web podéis leer como tratan la miel para que esté así de buena, y contactar con ellos para probar su rica miel.

Apunto otro propósito más… dejar de irme por las ramas.

Aquí va el paso a paso con Chef de Luxe!

1. Echar en un cuenco el muesli e ir añadiendo el resto de ingredientes


2. Separar las yemas de las claras ( cuando eres un niño esta operación es fascinante, y en ocasiones no exenta de tensión, y alquna que otra repetición)


Reflexiones entre fotos:  los huevos son alucinantes,  bellísimos... y tan ricos.


3. Añadir las claras



 4. Añadir el chocolate



5. Mezclar todo bien con una espatula


...a veces, hay que subierse a la mesa, para mezclar mejor y con más fuerza (^-^)



6. Precalentar el horno a 180º e ir forrando la bandeja con papel de horno


7.  Extender la mezcla


8. Distribur por la bandeja con las manos ( a 4 manos es mejor)



9. Para alisar bien la mezcla y poder luego cortar barritas regulares, engrasar ( aceite o mantequilla)  un papel de horno ligeramente para que no se pegue


10. Cubrir la mezcla con el papel y pasar el rodillo



11. Meter al horno 15 minutos ( ojo, vigilad vuestro horno, el nuestro es un rapidillo y se tostaron un poco más de la cuenta) y aunque riquísimas, vereis que están demasiado tostadas.  Sacar y en  caliente, con un cuchillo grande, cortar del tamaño que os gusten.


Y quedaron un poco demasiado tostadas, pero igualmente ricas. Esto es como el pan, la barra más blanca o más tostada ;D. Y lo que tiene hacer muchas cosas a la vez. 


Los restitos de la mezcla que se quedaron en la bandeja al cortar, los hemos guardado en un bote de cristal; con yogur, o incluso en alguna ensalada están de morir.


Y  a la mochila llena de buenos propositos y algún que otro desproposito.



Para proximas ocasiones, probaremos sustituyendo el muesli comercial, por cada ingrediente por separado... avena, copos de maiz, frutos secos, frutas deshidratadas...  lo haces a su gusto y creo que el coste es menor, aunque tengo que comprobarlo.

Propositos y despropositos que van  llenando la mochila. A veces más de unos y otras veces más de otros. Y me ha salido una frase de lo más gallega.

Muxu






El calcetín de los viajes, el librero amable y el panadero macizo



Pues si, esta entrada no va de pan... va de calcetines, de viajes, de librerías,  de libros (bueno si, de pan) y de guapos panaderos. Pero  sobre todo quería compartir algunas reflexiones sobre esas cosas pequeñas que hacen que algunos momentos se conviertan en extraordinarios, o no. 

Y también de cómo llego a casa el libro "Pains & Viennoiseries, Maison pas à pas" de Emmanuel Hadjiandreou, que ya había comentado en alguna entrada. ( pan de centeno, ciruelas y pimienta rosa & pan de remolacha). Este libro me tiene enamorada por todo,  tiene fotos increíbles, y recetas sencillas que siempre salen bien.

Cada otoño , si es posible, intentamos hacer un viaje cortito, cuatro o cinco días ,  para conocer una ciudad en Europa con nuestras hijas (mi amatxo va en el pack). Vamos rotando quién elige destino cada año (aunque mi  madre, se aprovecha de su condición de "senior" para venderle su libro a las enanas, y que acaben eligiendo la ciudad que quiere ella... si lee esto me mata).  Es un viaje, que siempre ha hecho muchísima ilusion al personal pequeño porque eso de ir a otro país pues,  mola mucho ( imagino que fardarán lo suyo luego en clase) , así que hablamos bastante del tema durante todo el año. 

Tenemos una hucha, que es basicamente un calcetín con una tapa de madera, al que vamos haciendo contribuciones  ( y confieso que  también hay sustracciones en momentos puntuales.. más de las que confesamos ;D). Al calcetín llegan normalmente las monedas de la cartera y  a veces, algún billete en un arrebato de generosidad. Las txikis siempre echan las monedas que se encuentran y en ocasiones , también algún dinerillo de cumpleaños con el que quieren contribuir a los viajes. De vez en cuando,  hacemos alguna cosa simbólica para ellas, en plan ahorro, como no llevar el coche a limpiar, lavarlo nosotros en el garaje, y luego meter en el calcetin los diez o doce euros que nos hubiera costado el lavado. En alguna ocasión también hemos intentado ahorrar en peluquería, pero ya hemos visto que mejor no, que merece del todo la pena visitar al peluquero, aunque sea a costa de no engordar el calcetín , pero mantener nuestras greñas más o menos en orden.
El calcetin es simbolico, vamos ahorrando, poquito, pero para ellas es un aliciente y una gran emoción ver que con lo que atesora podemos pagar algún vuelo, o alguna excursión durante los viajes. Un calcetín que ha engordado durante todo el año, y al que contribuimos todos.

El año pasado tocó Bruselas, como solución a no ponernos de acuerdo a dónde ibamos. Bueno y también porque el vuelo  estaba baratín, y como somos tantos, pues los ahorros son más que bienvenidos. Cada vez que alguién nos preguntaba dónde ibamos este año, y le deciamos que a Bruselas, nos ponía careto de "a-Bruselas?-qué-poco-emocionante-no?" Creo que ibamos ya poco motivados. Y quizá fue esa falta de expectativas lo que nos hizo visitar la ciudad sin mucha planificación, sin prisas, sin rutas. Y conocimos una ciudad que vive muy bien, con muchos rincones, y gente muy amable.
Y es en Bruselas dónde compramos este libro panadero maravilloso.
Entre café y café , entramos en una librería de esas pequeñitas, no exactamente ordenadísima pero muy cuidada, con ese punto relajado que tiene el comercio en “Europa” (si, con comillas) que es tan difícil encontrar por aquí. Y yo disparada hacia la sección de gastronomía a curiosear. Y fue el primero que vi, la portada me llamó, con esta fotografía tan sencilla, parecía que esas manos me ofrecían el pan  y el libro a la vez  “tómalo, venga”. 




Estaba en francés,  pero bueno , ya me apañaría entre mi no-francés y la ayuda de alguna amiga. Cogí algún otro libro, y dude mucho, solo quería coger uno. Me hubiera llevado todos, pero de un tiempo a esta parte, me corto mucho para comprar libros y he  dejado la dosis pautada a un libro cada vez. Hasta que no lo leo, releo y trabajo con ese libro, no entra uno nuevo. Es un poco por todo, por intentar un consumo más responsable, por espacio, por salud mental, por dar un poco de ejemplo a las enanas ( que muchas veces no lo consigo, pero bueno esto está en la carpeta de #workinprogress)
Llego a la caja y me atiende un señor muy amable en inglés (enseguida se ha dado cuenta de que somos guiris) , toma el libro para cobrarlo y mientras lo hace, me pregunta “¿le gusta el pan?”. Y que me mire y me lo pregunte , pues ya me parece fascinante. Pues vaya idiotez, pensareis. Pues no del todo, porque aquí en esta ciudad grande dónde vivo, nos hemos acostumbrado tristemente a que nadie te mire en un comercio y a vivir el hecho de ir a comprar como algo absolutamente automatico en el que alguién al otro lado de la caja , te pide la tarjeta sin mirarte y sigue hablando con su colega. Pagas y te vas.  Y digo habitualmente porque siempre hay excepciones. Pero aquel señor vio el libro que había comprado, se interesó por la elección, me miró y empezamos a hablar sobre el pan, sobre hacer pan en casa, sobre cómo era el pan en Bélgica, sobre otros libros recomendables... un rato delicioso de charla. Y cada vez que abro el libro, ahí está ese momento.
Cuando me pasan estas cosas siempre pienso en la vida esta que llevamos por aquí, que no nos deja  pararnos a ver  a las personas con las que nos cruzamos a diario, que nos hace perder muchas cosas buenas cada día, que nos hace ir por ahí sin ver, sin sentir y en definitiva sin vivir.  No voy a hacer un alegato de lo “slow” como rollo marketiniano y megaguaisssss,  pero si me quiero parar a ver las diferencias entre vivir de manera consciente,  o al menos intentarlo, o ir con el piloto automático puesto por la vida ( si os gusta el tema de cocina consciente, pasaros por el blog de Luis Portillo www.cocinameditativa.com  sobre cocina, meditación y alimentación consciente)

Aquel señor librero, además de un superprofesional, estaba presente , y trataba a las personas que entraban en su casa con un respeto y un cariño fuera de lo común. Se le veía feliz.
Y además como buen vecino, y fomentando la comunidad, me contó muy orgulloso que a un par de manzanas de la librería, había una de las mejores panaderías de Bruselas, que hacían un pan de muchísima calidad y que enseguida  volaba de la tienda en cuanto sacaban las hornadas. Era la panaderia Le Saint-Aulaye ( Rue Américaine, 130). Así que de la librería, nos acercamos a la panadería. Pero llegamos justo cuando estaban cerrando, con la tienda casi vacia.

Había un guapo (mucho)  panadero recogiendo los cestos ya ¡qué pena! no nos habíamos dado cuenta de la hora, eran ya las seis y media y estaban cerrando. Horarios dignos para las personas, y para los panaderos, que falta hace. Y allí nos quedamos mirando como el panadero recogía los cestos, con su camiseta blanca de panadero, su delantal y su gorro... con la cara pegada al escaparate. Así que nunca supimos, si el exito de la panadería eran sus ricos panes, o el panadero macizo. 

Así que tenemos una excusa para volver y probar el pan de Saint-Aulaye


Bread venture...coming soon



 ¿Con cuántas personas anónimas nos habremos cruzado en nuestra infancia por las calles de nuestro barrio? ¿Y os imagináis llegar a conocer a una de ellas pasados los cuarenta, después de que la vida os haya alejado más de mil kilómetros del barrio de la niñez, sólo porque a ambas os apasiona el pan casero y artesano? 


"De Bilbao de toda la vida" de Tomás Ondarroa & Jon Uriarte. Editado por BBK, colección Bizkaiko Gaiak


Pues eso nos ha ocurrido  a Un pedazo de pan y a Playlosophy

 

En el improbable caso de que exista alguien  que no conozca el blog www.unpedazodepan.es, por este patio panarra, casi que me da hasta envidia porque en cuanto abra la pagina, será un gran descubrimiento y un disfrute de muchas horas. Un Pedazo de Pan es uno de los sitios de referencia para el panadero casero.  Y no es peloteo innecesario. El blog de Circe (su nombre en la red) es uno de los imprescindibles de verdad, al que vuelves una y otra vez para consultar dudas, porque ella te acerca los temas con una sencillez absolutamente maravillosa, ya sea una entrada muy técnica, o asuntos más prácticos. Y es esta capacidad de hacer fácil lo difícil, lo que tiene enganchada a toda la comunidad panadera. Y una generosidad enorme por compartir sus conocimientos, sus experimentos, sus proyectos, las visitas a panaderos y otras gentes del pan… y una cosa que me encanta… ella también comparte sus desconocimientos, y eso le lleva a estar todo el día trasteando en la cocina (a veces cuando leo alguna entrada, me la imagino preparando todos los materiales y me parto yo sola) para mejorar, y aprender cada día más.

Os dejo un link con una entrevista que le hizo Beatriz Echeverria en CanalBabette, para que conozcáis mejor a Circe, aunque conozcáis su blog, me parece una entrevista preciosa para saber algo más de la persona que nos regala Un Pedazo de Pan.




Y como hemos tenido un pasado común pero desconocido -hasta para nosotras-, hemos decidido amasar un futuro común aventurero y compartido en las redes.



Queremos presentaros nuestra Bread Venture para los próximos meses: recetas que publicaremos conjuntamente. Y eso significa que saldrán a la vez en ambos blogs. Y eso significa que cada receta, el texto, el montaje... todo será fruto de nuestra colaboración virtual.  Trataremos de sacar lo mejor de nosotras mismas. Los contenidos claro está, correrán a cargo de Un Pedazo de Pan,  el desarrollo de la receta y del proceso, las explicaciones técnicas, y esos detalles tan útiles que ella siempre aporta. Yo trataré de traducir en imágenes los contenidos ¡Qué nervios! ¡Y qué alegría poder trabajar de esta manera! El pan tiene estas cosas, que acerca a las personas.



Queremos divertirnos y aprender por el camino, así que no habrá periodicidad fija, obligaciones ni contratos. Publicaremos cuando tengamos una idea interesante que nos atraiga a ambas, cuando tengamos tiempo de elaborarla, montar el texto y las fotos, combinando las distancias y las respectivas vidas de familia y profesionales. Pero podemos ya anunciar que al menos hay dos propuestas en la bandeja de salida, con guión esbozado, acúmulo de materiales, ... y hasta aquí puedo escribir.



Y como es de bien nacidos ser agradecidos, también queremos confesar que nos descubrimos gracias a gente genial como Beatriz Echevarría, de La Cocina de Babette y El Horno de Babette, y a Iñaki Echegoyen, de Panarras.com.




El equipo del panadero casero "All you need is ...less"


En los últimos tiempos he enganchado a varios amigos a la causa panarra. Es la magía del pan, si te toca, ¡estás perdido! Y te invade una necesidad inmmediata de saberlo todo, de leer todos los libros sobre pan a tu alcance, de pasar horas y horas de web en web panadera y de hacerte con una equipación digna del  mismísimo Peter Reinhart.

Pero hay que frenarse y disfrutar, y aprender y mejorar e ir probando. A mi me flipan ( busco otra palabra, pero no me sale) todos los cacharros de cocina, y los utensilios del panadero, me parecen lo más bonito del mundo. Son bellísimos.

Una de las cosas que más me gustan del libro de Dan Lepard "Hecho a mano" es la introducción, en la que  cuenta de una manera preciosa qué quiere transmitir en este libro maravilloso.Como dice Iban Yarza, es un libro de amor que casualmente trata sobre pan.

Lepard escribe

"HECHO A MANO trata sobre cómo sacar el máximo partido posible a lo que tenemos, valorar lo que crece de la tierra, lo que tenemos a nuestro alrededor, y ser económicos e ingeniosos al utilizarlo. Podemos comprar muchas cosas, demasiadas, y, sin embargo, el hecho de hacer algo con las manos nos anima y hace que nos sintamos humanos.
...

En mis viajes por el norte de Europa he conocido a gente que hace pan de manera respetuosa: panaderos que se adaptan a los ingredientes que abundan o escasean en las diferentes estaciones del año. Algunos cuecen sus panes en hornos de leña, y otros, en hornos de gas o eléctricos. Algunos se ayudan de máquinas, y otros lo hacen todo con sus manos. Muchas de las recetas que he escrito para este libro reflejan sus técnicas, así como las soluciones que ha hallado cada uno de ellos para hacer pan con los ingredientes que tiene a su alcance."

Y es este espíritu con el que me gustaría poder trabjar con el pan. Por eso este pequeño manifiesto  "All you need is less". Y por eso, a mis amigos, siempre les digo, equípate, pero poco a poco, ve probando con cosas que ya tengas en casa, trabaja y prueba, y ve comprando (o pide que te las regalen) poco a poco, cuando ya sepas qué necesitaras más.

Y tanto hablar de esto en los últimos tiempos, y con lo que me gustan los útiles del panadero, que he pensado que podría ser bonito hacer una pequeña recopilación de alternativas caseras a los útiles que podremos comprar ( o no) más adelante.

¡Aquí va!

1. El banetón, para que nuestro pan crezca ordenado y bonito,  lo podemos sustuir por un cesto, panera, escurridor o cuenco de madera, cubierto por un paño sin pelusita enharinado ( todos ellos dejan respirar la masa)


2. Las palas para meter el pan al horno, las podemos sustituir por la tapa de una caja de vino. Y si algún manitas en casa te puede cortar una tapa en varios tramos estrechitos, van genial para deslizar las baguettes en el horno.


3. Para la primera fermentación podemos utilizar las ensaladeras que tengamos en casa . Si son de cirstal es precioso ver como crece la masa, y ver la futura miga desde el fondo. Aunque es verdad que el plástico (muy a mi pesar) es más practico y la masa se pega menos.


4. La couche ( un paño de lino grueso especialmente tratado) para fermentar baguettes ( y otros  panes) lo podemos sustituir inicialmente por un paño de cocina (sin pelusa), el más grueso y firme (eso que las madres llaman apresto) que tengamos.


5. Los cedazos ¡québonitossonmadremía!  los podemos sustituir por un colador para espolvorear paños, banetones, panes... y si no, a manita.


6. Y para greñar ( cortar, tallar) el pan, a falta de un lame, bien está un buen cuchillo de sierra, ( si no tiene sierra, se enganchará en la masa) o una cuchilla de afeitar (muchos opinan que esta es la mejor opción porque están afiladísimas)


7. Cepillos, en casa tengo dos, ambos reciclados de otros usos. Uno suave ( era de una cocinita de mis hijas)  para poder quitar delicadamente los restos de harina que se quedan en el pan después de sacarlo del banetón, y uno más duro ( es de pintor, de una tienda de bricolaje) para poder cepillar la mesa de trabajo


 9. Las piedras volcánicas para crear vapor durante los primeros minutos de horneado las podemos sustituir por el pulverizador de agua de toda la vida ( o flus-flus)  e ir pulverizando tres o cuatro veces en esos diez minutos.


10. Y por último , una pequeña pero insustituble, LA RASQUETA. Realmente merece la pena hacerse con una buena, o bueno, con dos. Una buena rasqueta de acero como esta, para bolear, recoger la masa de la mesa y trasladarla, cortarla ... y una pequeña de plástico y curvada también viene fantástica para mezclar en el cuenco los ingredientes y también despegar delicamente la masa fermentada de las paredes cuando vas a trabajar para formar.


Pues si tenéis alguna propuesta, algún truco, ideas, estaría encantada y muy agradecida de que las enviarais y poderlas fotografiar y compartir por aquí.

11. Pues ¡qué bien que tengo que ampliar esta entrada! con la propuesta de Jose de Un vino más  ( un blog precioso sobre vino  y mucho más, en la última entrada citan a Muriel Barbery, así que yo ya me he enamorau)  los moldes para  panes de centeno ( y otros panes) . Y mira tú ... que yo todavía no he comprado... utilizo uno para bizcocho que ya tenía, y una corona que mi amatxu usaba originalmente para el flan. Ambos de metal.


Y Laura, de Because , un blog de cocina honesta y sencilla con unas fotos preciosas, pregunta por el termómetro. Yo me he acostumbrado a no utilizarlo ( creo que se desarrolla también así una sensibilidad por la masa más natural). Este fin de semana lo hemos utilizado en Babette en un curso de integrales, semillas y harinas alternativas, y nos ha ido muy bien, porque horneabamos en molde y con estas harinas menos convencionales, ha sido muy útil para saber si el pan estaba listo. Y confienso que se me ha pasado por la cabeza hacerme con uno... pero de momento no, esperaré a algún cumpleaños, navidades...

Y si "All you need is LOVE"

Muxu



Receta de baguettes y algunos recuerdos de excursiones de infancia


¡Tremenda temporada de baguettes!

Desde el curso en Babette, no hay semana que no hayamos hecho baguettes un par de veces (por lo menos O_O ). Un vicio que se cuela en desayunos, meriendas, cenas, pic-nics.

Y las chicas de BAKE THE WORLD que llegan con su propuesta mensual  para mayo y ....  va de baguettes.

Y desde Babette, que nos sugerían hace un par de semanas probar con la harina ecologica de fuerza del Amasadero, aumentando la hidratación de la masa.

Así que aquí va la recetita con esta harina, metodo directo.

Las primeras baguettes que yo recuerdo son de los viajes que hacíamos a Iparralde , a Francia, cuando yo era txiki. Todos los años ibamos un par de veces, toda la familia. Excursión de tios, primos y pic-nic. En el SEAT 127 de mi madre, desde Bilbao a San Juan de Luz ¡ ahí es nada! Había que cambiar pesetas a francos , y para los niños era fascinante usar otra moneda... y como niños que eramos,  nos parecía todo baratísimo al ver aquellos precios en francos. Era una excursión de turisteo familiar, pero también gastronómica. En aquella época, moríamos por los lacteos franceses y mi amatxo cargaba el carro como para una boda. Pero yo sobre todo, lo que yo recuerdo son dos paradas obligatorias en la panadería.

Por la mañana en Hendaya segun entrabamos a Francia,  para mantener los ánimos de los niños y comprar baguettes para el pic-nic del mediodía. Siempre pasaba lo mismo, por muchas que compraramos nunca eran suficientes para la comida. Trocito a trocito, el cesto llegaba a la comida por la mitad.

Y otra parada por la tarde, en Biarritz poco antes de irnos, a comprar Gâteau Basque ( pastel vasco) para merendar. Y ahora el pastel vasco, me vuelve loca. Además de lo rico que está, creo que esos recuerdos de infancia son definitivos para explicar mi adicción a este pastelito.

¡Pero basta de royenson y a por la receta!

Ingredientes


* 400 gr. de harina eco de fuerza del amasadero
* 308 gr. de agua ( 77%)
*  2.7 gr. de levadrua
*   8  gr. de sal

Proceso

1. Mezclamos harina y agua y las dejamos reposar al menos 20 minutos ( autólisis) . Aunque el procentaje de hidratación es alto, esta harina puede con todo, y enseguida se puede ver que queda una masa muy razonable para trabajar




2. Añadimos la levadura, me gusta hacerlo antes que la sal. Leed este maravilloso articulo de Un pedazo de pan sobre la sal en la panificación, es imperdible!



3. Amasado francés, con 10 minutos será suficiente. Amasamos un rato y hacemos una parada para añadir la sal y luego seguimos amasando.


4.  Ya tenemos nuestra masa lisa y brillante para ir de cabeza a un cuenco limpio y aceitado. De cabeza y a fermentar. Y el cuenco tapadito con un film, gorro de ducha, paño humedo, o lo que use cada uno. Vamos a hacer la primera fermentación en nevera toda la noche, para poder trabajar a la mañana siguiente con tranquilidad.

... sacamos nuestra masa de la nevera, pero antes antes hay que desayunar!


Las señoras levaduras han hecho su trabajo y la masa está así de rebonita.


5. Enharinamos la mesa, una nubecilla es suficiente. Aún a riesgo de excomunión baguettina, tengo que confesar que me gusta usar harina de centeno integral para trabajar en la mesa. Aunque uso muy poca, la masa no se pega nada, y se trabaja con mucha tranquilidad.

6. Volcamos la masa... y  ya se ve la futura  miga!



7. La dividimos en tres con la rasqueta dura y ajustamos el peso, es importante que tengan un peso similar, para que luego en el horno, tengamos resultados homogeneos. Lo hago hasta yo, que soy de ojimetro total :D



8. Iniciamos el formado. Os dejo aquí el link a un video de la cocina de Babette, en el que Bea explica el proceso genial. Estas fotos con el paso a paso pueden servir para apoyar  un poco, pero el video es definitivo.

Comenzamos disponiendo el trozo de masa, en vertical hacía uno mismo y doblamos a la mitad.



Volvemos a plegar, de manera que la costura nos queda justo debajo, en contacto con la mesa.


Boleamos un poco para dar cierta tensión a la masa, pero no mucho.


Si salen pompas un poco exageradas, las podemos pinchar para dejar la masa un poco más uniforme.


Ya tenemos nuestras tres pre-baguettes pre-formadas, las tapamos y las dejamos 20 minutos reposar, para que se relaje un poco el glutén y nos permita luego estirar hasta su forma definitiva.




Podemos ir preparando la couche ( paño de lino para fermentación)  mientras tanto. Un paño de cocina sin pelusilla, nos sirve de igual manera. Enharinamos la superdifie dónde colocaremos las baguettes, y dejamos un espacio entre una y otra para poder hacer una pequeña pared con la tela.

9. Para el formado, enharinamos la mesa de nuevo (una nubecita de harina) y colocamos nuestra preforma con la parte bonita hacia abajo y desgasificamos un poco.

Traemos un extremo al medio o algo más, creado cierta tensión.


Y con el otro lado, la misma operación. Bueno, y aquí ya, me vaís a disculpar el aspecto de la masa, y de las fotos, porque es un show, formar baguettes y fotografiar el proceso a la vez.


Se coge un piquito lateral y se lleva arriba, así.

 

Luego el otro


Y tenemos ya el paquetito, listo para enrollar.


Aquí ya os dejo con el video de Babette, porque enrollar con el móvil en la mano ha sido misión imposible. Necesito un pintxe! O un fotografo!


Con el rollo ya listo para estirar hasta su tamaño definitivo, yo tengo que poner un poco de contención a mi emoción panadera al estirar la baguette, y me marco una referencia de longitud justo delante ( una tapa de caja de vino que luego uso como tabla para llevar cada baguette al horno)  para que no me queden demasiado largas y las pueda meter en mi horno casero.



Alguna igual queda un poco más cortita, pero al menos entra ;D



Las colocamos en la couche y las tapamos. 


Como siempre, el tiempo depende de la temperatura que tengamos en casa. Es tarde hacía calor en casa y daba el sol, y me pareció que 45 minutos estaban ya listas para el horno. Prefiero quedarme un poco corta en 2ª fermentación , que pasarme.


Precalentamos el horno a 250ª con la bandeja donde colocaremos las baguettes y otra bandeja por debajo para luego echar el agua que genera el vapor los primeros minutos. Yo uso además las piedras volcánicas, que funcionan extraordinariamente, y generan un vapor increible y que hace que tus panes salgan con unas greñas guapísimas.

Hacemos los cortes , qué tensión aquí siempre, hay que tener decisión y meter el lame sin miedo (no sé en qué momento te pasa esto, y después de cuantas baguettes... yo siempre creo que lo hago fatal). De todas maneras,  un buen formado, como dice Bloggera & Panadera de www.entremasas.com, asegura unas bonitas greñas. Aunque no seas el mejor greñador del mundo. Necesito un greñador también :D

Pasarlas a la tabla (también enharinada, también centeno, que luego deja un velo a la bagutte de un color precioso) y de ahí al horno. 10 minutos a 230º grados con vapor, y luego otros 15 ya en seco a 200º más o menos. Y después, que cada uno que ajuste el tono de la corteza según le guste más dorada, o más blanquita.


Y aunque el horno no es grande, las greñas no son perfectas, unas piezas salen más grandes que otras, ...es sacarlas del horno y la emoción es inmensa ( me pasa cada vez).


Y esas greñitas en forma de olas... que ni en Biarritz


Y una miga mullidita, con unos alveolos razonables


Vino, queso, jamón, tomates y algo de fruta al cesto...  y a salir de pic-nic.

Y cada verano, que continuamos con esa buena costumbre de acercarnos a Iparralde con nuestras hijas y llenar su infancia y su corazón de recuerdos luminosos.

On egin eta mila muxu!